13.2.09

DIÀLEGS DE CORTESANS. Un goig sense alegria


MARQUÈS. ¿Qué tal va todo, José?

PEP. Astoy baldado, sañor marqués. ¡Baldado!

MARQUÈS. ¿Y eso?

PEP. Por la noche he tanido una pasadilla que no se la daseo ni a mi paort anamigo. ¡Imagínese lo que es astart años y años palayando para que al final se te vaya todo en orrios!

MARQUÈS. Estas cosas nos suceden a todos.

PEP. Sí, pero yo he partido peras con el papa.

MARQUÈS. Se trata de un mero sueño, hombre. La cuestión es que con tu padre te llevas bien, ¿no?

PEP. Me rafiero al papa de Roma.

MARQUÈS. Caramba. ¿Y qué tienes tú que ver con tan alto dignatario?

PEP. ¿Que qué tengo que vert? Ahora nada, pero en el sueño no me movía de su costado. Y de golpe y porraso, plaf, hemos rañido por un quítame allá esas pajas.

MARQUÈS. No es motivo para que te preocupes tanto.

PEP. Es que me va el futuro profasional.

MARQUÈS. No entiendo nada.

PEP. Mire, se lo asplico. El lunes pasado, el Bustos me llamó a su daspacho para praguntarme si ya sabía que habíamos antrado en rasasión. Cuando te disen esto es por alguna cosa, ¿no le parese?

MARQUÈS. Pues claro.

PEP. La cosa es que yo trabajo aquí a la Diputasión con el mismo sueldo, si hase o no hase, que cuando era arcalde. Pero el contracto que me hisieron es de cuatro años.

MARQUÈS. ¿No decías que tu puesto era prácticamente inamovible?

PEP. Sí, pero ha vanido la crisis y ahora quieren prasindir de gastos suntuarios. De manera que me dijo que me pansara una. Yo, como ustet puede comprandert, me cadé aplatanado.

MARQUÈS. No es para menos.

PEP. Toda la sammana he astado rumiando qué salidas tanía por dalante. Y, con la obsasión, esta noche he tanido un sueño horribble.

MARQUÈS. No me dirás que te has suicidado.

PEP. He soñado que iba a vert una andavina para que me hasiera el pranóstigo del marcado de trabajo y me ha dicho que la que astaba viento en popa era la carrera acclasiástica.

MARQUÈS. Claro, con la escasez de vocaciones...

PEP. Y ya me tiene matriculándome al colegio cardanalisio.

MARQUÈS. ¿Dónde?

PEP. Al colegio cardanalisio.

MARQUÈS. Vaya ocurrencias.

PEP. Pues ¿qué caría, que me inscribiese a la clase de párvulos? ¡Es que yo pratandía ser cardanal camarlengo!

MARQUÈS. ¡Anda ya! ¿Tú sabes lo que es eso?

PEP. No, pero significaba un futuro promatadort.

MARQUÈS. ¿No ves que tú estás casado?

PEP. En el sueño mi asposa no salía para nada. Bueno, pues hago mis astudios, que me han costado venteicuatro años de asfuerso, y al final hago oposisiones para antrart a la curia vaticana.

MARQUÈS. Y las ganas, claro.

PEP. Y las gano. Ya me tiene de cardanal. Pero ahora llega lo bueno: ustet sabe que los cardanales tienen su séquito.

MARQUÈS. Naturalmente.

PEP. Para pajes míos alijo mis compañeros de partido a Sammanat, y aquí no hay ningún pobblema. Pero, asclaro, como que yo no puedo abjurar de mis ideas de igualdat de génaro, hago vanir también mis compañeras de partido en calidat de pajas.

MARQUÈS. ¿Qué?

PEP. El Vaticano ha tanido la misma reacsión que ustet.

MARQUÈS. Tú dirás.

PEP. Ah racristina, cuando el papa se antera que me rodeo de pajas, me daclara hareje y sismático.

MARQUÈS. ¿Y entonces?

PEP. Sí, mire, me tengo de rafugiart a can Mas y allí monto mi palasio apiscopal.

MARQUÈS. ¿Y de qué vives?

PEP. De primeras comaniones y algún casamiento, hasiendo la compatensia a la parroquia. Prasisamente un sagundo antes de daspartarme suena el taléfano, yo lo cojo y siento que me disen: “Fray Gaudensio, fray Gaudensio, ¿duerme ustet, duerme ustet?” ¡Macáchum dena: todo el goso en un poso!

MARQUÈS. Así es la vida, José.

PEP. Y ahora, vueve a buscar trabajo.

MARQUÈS. Ya vendrán tiempos mejores.

PEP. Lo dudo, sañor marqués.

MARQUÈS. No desesperes, hombre.

PEP. Tandré de ansandert un sirio a san Antonio.

10.1.09

DIÀLEGS DE CORTESANS. Passat festes


MARQUÈS. ¿Qué te han traído los Reyes, José?

PEP. Un calidoscopio y un yoyó.

MARQUÈS. ¿Y a tu esposa?

PEP. Un tutú.

MARQUÈS. Vaya, han estado acertados.

PEP. Bueno, a mí ya me había caído un obsequio por Navidat.

MARQUÈS. ¿Ah, sí?

PEP. Sí, un daspartadort.

MARQUÈS. ¿No tenías ninguno?

PEP. Tanía uno, pero no hasía afecto.

MARQUÈS. ¿Cómo, que no hacía efecto?

PEP. Es que me cantaba el “Frere Chaques”, y, entre que yo a aquellas horas tengo la cabesa annuvolada y que me lo dasía en fransés, pues no me daba por aludido y saguía dormiendo.

MARQUÈS. Pero ¡a quién se le ocurre comprarse un despertador que toque esa musiquilla!

PEP. Si no me lo compré yo, que me lo había ragalado la Fransuás.

MARQUÈS. Da igual, pero no me parece buena idea.

PEP. ¿Qué quiere, que me cantara el “Quinto, lavanta”? Bueno, la custión es que por Navidat mi sañora me dio una sospresa. Ya tanía aparparada una sueca cubierta con una manta, y me da un garrote y me dise: “Venga, José, que harás cagart el tión.” ¿Y sabe lo que salió de allí dabajo?: un daspartador de aquello más sofisticado.

MARQUÈS. Caramba.

PEP. Es la misma varsión del que ya tanía, pero tradusida al aspañol para que lo pueda antander bien bien. A las ocho se dispara y me canta: “Fray Gaudensio, fray Gaudensio, ¿duerme ustet, duerme ustet? Tocan a matinas, tocan a matinas. Ding, dang, dong, ding, dang, dong.” Por si yo no hisiera caso, al cabo de un cuarto figura que daspierta a fray Austaquio con la misma cansión, y daspués a fray Lamberto y a fray Pandulfo. O sea que me da una hora de raspiro.

MARQUÈS. Pero...

PEP. Oh, aspere, aspere, que el invento no acaba aquí. Si por aquellas cosas yo me tumbo, al final grita: “¡Ves, que si no et lleves vaig a avisar el Santi, el Manolo i el Joan Xerrapeta perquè et treguin del llit!” Y antonsas sí que no me torbo, no.

MARQUÈS. ¿Y seguro que antes no le has dado un manotazo y lo has hecho callar?

PEP. ¿Un manotaso, dise? ¿Cómo quiere que lo haga, si el daspartadort astá a la cosina? Yo desde la cama siento el altavós que me amanasa.

MARQUÈS. De modo que para pararlo tienes que desplazarte a la cocina...

PEP. Asclaro. Y, una ves que ya astoy allí, pues lo aprovecho para almorsart.

MARQUÈS. Ingenioso, el artilugio.

PEP. Es que ahora que trabajo a la Diputasión no puedo haser bromas.

MARQUÈS. Así me gusta, que seas todo un hombrecito y con sentido de la responsabilidad.

PEP. Ya voy pograsando, ya. Al menos he ampasado el año con buen pie.

MARQUÈS. Adelante, pues, y hasta la próxima semana.

PEP. Hasta la próxima, sañor marqués.

23.12.08

DIÀLEGS DE CORTESANS. Els Pastorets


MARQUÈS. José, eres ilocalizable.

PEP. Bueno, es que estos días, con los ansayos, ha habido mucho ajatreyo. Es que mañana raprasantamos, ¿eh?

MARQUÈS. Ya me lo figuro. ¿Lo tenéis todo listo?

PEP. Todo.

MARQUÈS. No me has contado todavía el argumento.

PEP. Es muy sansillo. Ampiesa que se siente un rapique que avisa para la misa del gallo y va sonando esta cansión: “Campana sobre campana, y sobre campana una. Asómate a la vantana y varás el Niño a la cuina. Balén, campanas de Balén, los anjalitos cantan: ¿Qué hay para comert?” La obra, ¿sabe?, astá anfocada de cara a la manduca. Ah, porque una cosa que no le había dicho: cuando me raincorporé al trabajo vine aquí con el guion fotocopiado y lo rapartí entre el parsonal del dapartamento. Yo ya actué con un poco de murriaría. Cada uno se fue adjudicando un papel, pero rasultó que el de niño Jasús se cadó sin pratandiente. Y al final, con aire de dascomido, dije: “Bueno, pues de niño Jasús ya haré yo.”

MARQUÈS. ¿Y vas a salir allí desnudo?

PEP. Dasnudo y entre un buey y una mula de vardat.

MARQUÈS. ¿De dónde los vais a sacar?

PEP. Del parque de las fieras.

MARQUÈS. ¡Dios mío! ¿Y tú allí tendido, con aquella cochambre alrededor?

PEP. Prasisamente por esto, sañor marqués.

MARQUÈS. No me cabe en la cabeza.

PEP. Es muy fásil de antandert, hombre. La funsión ampiesa con suspense, porque como que han cantado que varán el Niño a la cuina, el púbblico se piensa que a la major lo han hecho con samfaina. Y no: simplamente es que yo, aprovachando un dascuido de la Virgen, me había ido allí de cuatro grapas a ver qué había por comert. Mientras me vuelven a ponert a la comadora, ya han llagado las chicas del vasinado a ver qué pasaba. Y ahora es cuando viene aquello de la chochambre que dasía ustet.

MARQUÈS. La cochambre.

PEP. No, no: la chochambre.

MARQUÈS. Pero ¿es que presentas a san José chocheando?

PEP. ¡Santa ignosensia, sañor marqués! Póngase a mi lugar, ya vará. Ustet sierre los ojos.

MARQUÈS. ¿A qué viene esta comedia?

PEP. Mantalmente sierre los ojos, hágame caso.

MARQUÈS. Digamos que ya los tengo cerrados.

PEP. Ahora imagínese que ustet astá astirado de pansa arriba y en medio de un ruedo de jovansitas que le cantan la non-non. Ya puede abrir los ojos. ¿Qué praspactiva ve?

MARQUÈS. ¡Si serás marrano!

PEP. Y daspués vienen quinse pastores de la Sardaña con queso y matón.

MARQUÈS. ¿Los quince con sendos obsequios?

PEP. Ahora que lo dise, ¿cuántos son sendos?

MARQUÈS. Quince.

PEP. ¿Tantos?

MARQUÈS. Pues claro.

PEP. ¡Mosca!

MARQUÈS. ¿Qué ocurre?

PEP. Nada, que en el tabblón de anunsios hay un cartel que dise que mañana nos obsaquiarán a los amplayados con sendas paneras, y ahora veo que tandré de alquilart una furgoneta de mudansas para llavármelas todas a casa.

MARQUÈS. No, hombre: sendos significa uno por barba.

PEP. Cada ves lo antiendo menos.

MARQUÈS. Venga, acaba de contarme tu obra.

PEP. Vienen los Reyes Magos a adorarme y llavarme ragalos.

MARQUÈS. Oro, incienso y mirra, ya lo sé.

PEP. Qué va: un parnil pata negra, turrones y niebblas, y champán y vino blanco. Todo para el Nene.

MARQUÈS. Será a repartir entre la Sagrada Familia, ¿no?

PEP. Con mis padres astoy a partir un piñón, pero más ya no, ¿eh? Fialcabo soy yo que he nasido.

MARQUÈS. Menuda comilona, pues.

PEP. Me pasará como a las otras navidades, que siempre me tengo de tomar media cucharada de vino carbonado. Ah, pero aún faltan las postres.

MARQUÈS. ¿Qué postres?

PEP. Que cantan: “El dimoni llança un bram i, encès d’ira, es subleva; que a Betlem s’ha encès un flam que il·lumina els fills d’Adam i d’Eva i d’Eva i d’Eva.” Y es que han ansandido el flam porque lo hasen con rom cramado. Y aprovachando que tanemos el Pedro Botero anfurismado porque han hecho un fuego más apatitoso que el infarnal, unos cuantos pastorsillos han ido a afanarle una garrafa de la bota del rincón.

MARQUÈS. En fin, que todo va de cuchipanda.

PEP. Ya se lo he dicho.

MARQUÈS. Pues que tengas felices fiestas.

PEP. Falises fiestas y prósparo año nuevo.

9.12.08

DIÀLEGS DE CORTESANS. Recuperació d’una malaltia llarga


MARQUÈS. ¿José?

PEP. Hola, sañor marqués.

MARQUÈS. Llevo semanas tratando de localizarte y no ha habido manera. Siempre me decían que estabas de baja.

PEP. Afactivamente.

MARQUÈS. ¿Qué ha sido?

PEP. Naigamiento.

MARQUÈS. ¿Un qué?

PEP. Una anfarmadat que ya no se astila pero que es muy traidora.

MARQUÈS. Caramba. ¿Te has repuesto ya?

PEP. Hombre, me ha costado lo mío. Es que es un golpe muy fuerte, ¿eh? Y todo vanió de un hecho sin importansia.

MARQUÈS. Es como suelen venirnos la mayoría de los achaques.

PEP. Fue la vagilia de Todos Santos, que habíamos convidado a casa un matrimonio que el hombre es mi supariort al dapartamento, y caríamos cadar bien con ellos. Todo se prasantaba normal: habíamos comprado un kilo y medio de panalletes y un buen moscatel...

MARQUÈS. ¿Y qué?

PEP. Pues que nos comparasieron con sus dos hijos, y fue aquello de “huestes vanieron que de casa nos trajeron”.

MARQUÈS. ¿El qué?

PEP. Mire, yo en esto soy bien difarente de Jasucristo, que dasía: “Dajat que los niños se acuesten a mí.” Yo, a la que veo canalla, lo primero que digo es: “Apartat las criaturas.”

MARQUÈS. ¿Qué mal te han hecho?

PEP. Siempre sales ascaldado. Oh, y éstos porque no los conose. Cuando llagaron, el padre dijo que saría major que los paqueños astuvieran a la sala de astar mirando la talavisión, y así nosotros podríamos habblar de nuestras cosas. Sí, talavisión me has dicho... Entre todos dos se nos cruspieron la safata de panalletes.

MARQUÈS. ¡Arrea!

PEP. Ya lo puede bien dasir, ya. Se ve que si uno es un Gargantúa profundo, el otro es un Pantacruel.

MARQUÈS. ¿Y entonces qué hicisteis?

PEP. Pues yo covando las castañas y los damás, mientras tanto, comiendo moniatos.

MARQUÈS. ¿Y tú no probaste bocado?

PEP. ¿Cómo quiere que comiese nada si del disgusto se me cortó la gana en seco? Oh, y lo paor fue daspués, porque me iba dacandiendo, dacandiendo, y llagó un momento que tanía muy mala piesa al talart. Hasta que los de casa, viendo que me naulía de aquella manera, hasieron un golpe de cabesa y me llavaron tres sammanas al Pirineo.

MARQUÈS. ¿Al Pirineo?

PEP. Suerte de esto, porque, si no, no la cuento.

MARQUÈS. ¿A tomar aires?

PEP. A tirar padritas al río.

MARQUÈS. ¿Qué?

PEP. Es el único ramedio, sañor marqués. Y grasias a este gesto me he rastabblasido.

MARQUÈS. Vaya cosas.

PEP. Es la madasina tradisional, porque en esto no hay médicos que valgan. Pero, mire, no hay mal que por bien no venga, porque cuando ya ampasé a verme las orejas, podí ramatart aquello de los Pastorsillos que me habían ancarragado.

MARQUÈS. ¿Aún colea?

PEP. Prasisamente esta mañana he tanido una alagría... ¿Qué?

MARQUÈS. ¿Oye?

PEP. Nada, sañor marqués, es que me disen que tengo de irt al daspacho del Bustos. Si me llama el viernes se lo acabo de asplicart.

MARQUÈS. Hasta entonces, pues.

25.10.08

DIÀLEGS DE CORTESANS. Discussions domèstiques


MARQUÈS. ¿José?

PEP. El mismo que viste y calsa.

MARQUÈS. Soy el señor marqués. Oye, albricias de nuevo por tu entrevista en el boletín municipal.

PEP. ¿Le ha agradado?

MARQUÈS. Sobre todo la foto grande. Tal pareces un pimpollo.

PEP. Astoy hecho un pollo pera, la vardat.

MARQUÈS. Sin embargo en la otra, la pequeña...

PEP. No me habble.

MARQUÈS. En ésta tienes un aspecto un tanto simiesco.

PEP. Ah, sí, por dascontado. Y, ahora que lo dise, ¿qué quiere dasir simiesco?

MARQUÈS. Hombre, ya sabes: la evolución de las especies y todo eso.

PEP. Ah, las aspesias. ¿Quiere dasir los condimentos?

MARQUÈS. Exactamente: quería decir que estás bien de sal. Pero, no sé, así de perfil tienes aire de facineroso. Parece una ficha policial.

PEP. Es que me pararon una trampa. Me ratrataron de cuerpo antero pero daspués racortaron la foto para que parasiera un dalincuente. Y, a más a más, me hasieron la antravista para daspués painarme.

MARQUÈS. Ji, ji, ji, ji, ji, ji...

PEP. ¿De qué se ríe, si se puede sabert?

MARQUÈS. Me ha hecho gracia eso de que a ti, con esos pelos, te quisieran peinar. Además, en la misma entrevista te pusieron en un aprieto al preguntarte por tus declaraciones sobre el centro de día.

PEP. ¿En un aprieto?

MARQUÈS. Hombre, tú habías afirmado que...

PEP. Alto, sañor marqués, que no fui yo, que fue todo mi partido.

MARQUÈS. Bueno, pues vosotros habíais afirmado...

PEP. Alto otra ves: nosotros y nosotras, ¿eh?, que quede claro.

MARQUÈS. Bueno, pues vosotros y vosotras habíais afirmado que CiU quería dejar al pueblo sin residencia y sin centro de día.

PEP. No sañor: nosotros y nosotras lo que dijimos es que SiU caría dajart el puebblo sin rasidensia y sin sentro de día a Can Parico.

MARQUÈS. Me da la impresión de que estás obsesionado con la alcaldesa y su mayoría absoluta. ¿No te acuerdas de que tú también fuiste alcalde y que más de una vez habéis gobernado con mayoría absoluta?

PEP. Sí, pero yo no hasía las arcaldadas que hase ésta.

MARQUÈS. ¿Que no?

PEP. Póngame un ajemplo, a vert.

MARQUÈS. Pues, sin ir más lejos, la idea que tuviste de bautizar las calles de la zona industrial con nombres de jazzistas. Si te hubiera dado por la tauromaquia, ahora todo aquel núcleo estaría poblado de nombres de toreros.

PEP. Pero ¿cómo quiere que sea ideya mía si todo el mundo sabe que tengo mollera roquera?

MARQUÈS. Algo tendrás tú de déspota cuando la práctica totalidad de tus compañeros de partido te dijeron ahí te quedas.

PEP. Me abandonaron como a Jasucristo al huerto de Jatsamaní. Suerte que tengo el Paco Bustos que me hase de sirineyo.

MARQUÈS. Pero en Sentmenat estás solo y, por si fuera poco, falto de argumentos. Veo que últimamente te están haciendo muchos envites y tú, en cambio, no recoges el guante.

PEP. Mire, sañor marqués, daspués de rasibir tantas anvitasiones como me han hecho a la vida, ya he llagado a un punto que si no me anvitan a un banquete no hago ni caso. Por sierto, ¿me anvita a comert hoy, que no llevo fiambrera?

MARQUÈS. Otro día será, hermano.

PEP. Pues a ver si llega.

18.10.08

DIÀLEGS DE CORTESANS. “Salto a la fama”


PEP. ¿Sañor marqués?

MARQUÈS. Dime.

PEP. ¿Habblo con el sañor marqués?

MARQUÈS. ¿Qué quieres?

PEP. Como que la sammana pasada no me llamó, me pansaba que astaba anfadado con mí.

MARQUÈS. Con el tiempo que llevo tratándote, ya sé por dónde amarga el Pepino.

PEP. Le prasento mil ascusas por mi comportamiento del otro día.

MARQUÈS. Enseguida vi que estabas beodo.

PEP. ¿Que astaba qué?

MARQUÈS. Beodo.

PEP. ¿Que no ve que llavaba más a la cabesa que a los pies? Mire, le pongo un caso: ¿cómo se asplica que yo, que soy un farofo del roque duro y el jazz, le cantase a ustet el bayón, que es de la janarasión de mis padres?

MARQUÈS. Ah, eso tienes que explicarlo tú.

PEP. Nada más se asplica de una manera, y es que con la babida pardí el crialaisón. Astaba pedo, sañor marqués, y esto es una aximente de tarser grado.

MARQUÈS. Yo diría que al menos de cuadragésimo, a juzgar por el grado etílico que mostrabas. Y al día siguiente vuelta otra vez, ¿no?

PEP. ¿Por qué lo dise?

MARQUÈS. Porque en tu casa celebraríais el santo de tu mujer.

PEP. No, que ella lo salebra por Santa Fransisca de Paula. A más a más, que el cuerpo no me habría aguantado. Mire: esto pasaba el día 3. Pues el 4 hasimos el congreso del Vallés Ocsidantal Surt. Y fíjese si la cosa astaba cargada que cuando hasí un aparte con el Paco Bustos por ver cómo nos rapartíamos los cargos, va y me dise: “Con lo de ayert, astoy hecho sisco.”

MARQUÈS. Deberías ser más morigerado.

PEP. Mori... ¿qué? A buen santo se ancomienda, porque yo soy de los de “mori fart i mori marti”.

MARQUÈS. Tú verás.

PEP. Bueno, la custión es que, como que astaba tan antarbolido, no me anracordé de dasirle lo más importante.

MARQUÈS. ¿Y qué era lo más importante?

PEP. ¡Que he hecho el salto a la fama, sañor marqués, el salto a la fama!

MARQUÈS. ¿Ah, sí?

PEP. Hase más o menos vente días se raunieron los jafasos y dasidieron que por Navidat lo taníamos de salabrart a base de bien, y que nuestro dapartamento raprasantaría unos Pastorsillos. Y se ve que uno que siempre lleva la vos cantante dijo: “Los podría ascribirt el José Sifuentes, que tiene la mano rompida.” Y me los han ancarragado a mí.

MARQUÈS. ¿Qué experiencia tienes en eso?

PEP. Bueno, es que yo soy hombre de trayato, ¿eh? Tenga prasente que ya dabuté al Coro en lo de la tramoya y afectos aspasiales.

MARQUÈS. No lo sabía.

PEP. Ya lo creo. Hasta una ves navé durante todo un acto.

MARQUÈS. ¿Qué dices que hiciste?

PEP. Que hise navart. Era una comedia que se vaía por una vantana cómo al astarior navava, y yo me pasé un acto antero dajando caer vuelvas. Bueno, en rayalidat no eran vuelvas, sino una aspesia de confeti que figuraba que eran vuelvas.

MARQUÈS. En resumidas cuentas, que estás escribiendo la obra.

PEP. Al prinsipio me rasistí, porque ascribirt unos Pastorsillos pronto es dicho. Hay la parte cramatística, que pesa mucho, ¿eh, sañor marqués? Y es que rasulta que ahora no puedo padirt ayuda al ayuntamiento. Mire, cuando yo era arcalde saguía la divisa “Contra subvarsión, subvansión”, y los tanía todos al bolsillo. Pero estos de Convargensia, con su mayoría absoluta, lo han burocratisado tanto que para que aflojen la mosca tienes de prasantart un papaleyo que no le digo nada.

MARQUÈS. Pero ¡cómo te va a sufragar el ayuntamiento de Sentmenat un capricho enteramente gremial!

PEP. Pues por la sansilla rasón que también los podrían raprasantart al Coro, y hasta llavarlos al astariort hasiendo bolos. Siempre saría un timbre de honor por Sammanat.

MARQUÈS. No seas bobo.

PEP. Por esto les dije: “Aquí, los mandamases a dasidirt y los mandaménoses a craer, ¿no? ¿Y cómo podré daspachar la faena de cada día si tengo de ascribir toda una obra?” Y antonsas me dijeron que la ascribiera a casa y que me apuntara las horas que me astoy, que ya me las pagarían como estras. Y, bueno, ya he ponido hilo a la aguja.

MARQUÈS. ¿Has empezado ya?

PEP. La tengo medio astructurada.

MARQUÈS. ¿Y cómo la enfocas?

PEP. Oh, no le puedo adalantart acontasimientos porque forma parte del sacreto de sumario. Lo que sí que le antisipo es que sará del génaro ligero, tipo vodavil.

MARQUÈS. Adelante, pues. Pero cuidado con las curdas.


PEP. No padesca, que ya tengo chófert.

10.10.08

Deures setmanals


Claudio Horcajada del Manzano, professor de Mètrica als cursos organitzats per la Diputació de Barcelona, ha atorgat un 7 de qualificació als versos que la setmana passada li va presentar l’alumne Josep Vilaró com a exercicis de les classes.

El buenaso del Ramiro
trabaja aún de ramero,
y el Blas, que cobra el ratiro,

vive hasiendo de ratero.

Tarsisio Lopes Morales,
a la que bebe un moriles,
ahuyenta penas y males,
penas y males a miles.

Salebro, Damián, que ganes
tantos premios en el Guinness,
y que aplaudan tus afanes
deudos, amigos y afines.

Nunca me acuesto a los nenes
porque me disen que nones.
Balbina, no me condenes
a gastar tantos condones.

Siempre que practico el sado,
¡Virgen santa, cómo sudo!
Y una ves que la he sacado,
me lavanto y la sacudo.

Sorteando los asares,
colmado de quehaseres,
se va un mes a las Asores,
entre palmeras y asures.